miércoles, 28 de mayo de 2014

Entrevista

Vídeo de la campaña

Solidaridad Digital. El diario de la discapacidad

“Lo mejor es escribir desde ese momento de duermevela, en el que no estás muy feliz, ni muy triste”



Chema Rubio

Chema Rubio, poeta

Un poeta se empeñó en engendrar. Un propósito, movido por la perseverancia de un loco. Un piantao, que dirían los argentinos (Piazzolla, al menos). Y le dio cuerpo, poco a poco, en ese alumbramiento. Y páginas. Porque el sueño de este poeta olía a tinta, y lo venteaban los nombres de otros poetas. Por arquivoltas llevaba versos. También ilustraciones, como zurcidos de organdí. El poeta, Chema Rubio (a quien sólo la licencia de la amistad permite tutear en esta entrevista). El empeño, ‘Los poetas de la senda. Selección natural. Muestra internacional de poesía contemporánea (1958-2013), ediciones Ópera prima.


¿Qué tienen en común los poetas de la senda?Son poetas y son personas que, de vez en cuando, sacan su animalidad en forma de verso... en realidad, este proyecto no tiene nada que ver con la senda. Lo que ocurre es que soy una persona con grandes obsesiones, una de ellas es Miguel Hernández (obsesión, pasión, llámalo como quieras...) Desde 1998 hasta hoy, voy todos los años durante tres días a esa convocatoria llamada ‘la senda del poeta’, en la que recitamos a Miguel Hernández. Este libro, que podía haber tenido seiscientas páginas, de no haber perdido algunos archivos de mi ordenador, nace después de su centenario. En realidad, iba a coincidir, pero, verás, por un lado, como admirador de Miguel Hernández, estaba encantado de la cantidad de actos que había en su nombre, porque era darle mayor proyección; por otro, lo cierto es que pensaba que no era bueno, que había actos deplorables usando su nombre, así que se me quitaron las ganas, todas, de hacer algo aquel año...

Y decidiste retomar cuando ya no tocaba...Eso es, cuando ya no tocaba. En verdad, cuando muere mi amigo y compadre Julio Álvarez. Así que lo hago de manera internacional, busco poemas de cualquier lugar del mundo, sin importarme si el poeta es mayor o joven, clásico o vanguardista. Así, hay un poema de Luis Alberto de Cuenca sobre fútbol, u otro de Luis Antonio de Villena que tiene casi veinte años. Por no hablar de un monólogo teatral, muy poético, eso sí, de  Vanessa Monfort.

¿Qué tiene Miguel Hernández que no tengan otros, Lorca, Rosalía de Castro, Salinas?No tengo ni idea. Por ser cabrero, por ser un niño que no tenía y empezó a tener lo leyó todo. Lorca fue uno de sus maestros...

Aunque le despreciase...Es sabido que ni él ni Cernuda se llevaban bien con él, pero es normal, tenían una educación, una concepción y unos gustos determinados, y Miguel era un poquito más sincero, sabía de dónde venía, a dónde iba, no tenía nada de diplomático. La culpa fue de los tres.

Perdona, te he interrumpido, me hablabas de lo que tenía Hernández de único...Mucho de Machado, también. Y un corazón abierto que llega tarde a la poesía; si hubiera tenido más tiempo...  además, se implicó muchísimo socialmente. Antonio lo hizo con la República, Lorca, a su manera, pero a Miguel no le daba miedo nada, y si lo tenía, a pesar de ese miedo, actuaba. Fíjate en su primer libro, ‘Perito en lunas’, uno de los mejores. Es que en quince años se hace como poeta, eso es poco tiempo. Lorca era un genio, como poeta y dramaturgo, pero tuvo ¿cuánto? Mucho más tiempo, además de más cultura, porque Lorca tenía un don, pero también un ambiente intelectual muy propicio.

Comenzabas diciendo que Miguel Hernández es una obsesión para ti. ¿La poesía es obsesiva?Sí, la obsesión es la chispa que mueve el cohete, pero hay mucha gente fría que escribe poesía; personalmente, creo en la emoción...

¿Se puede ser un poeta ajeno a lo emocional?Los cerebrales lo son.

¿Y es poesía lo suyo?Sí, creo que sí. Cada uno busca en la poesía cosas, unos, trascender, otros,  público, fama, dinero...

¿Y tú?A mí me gustaría tenerlo todo, como persona y poeta, cuanto más mejor, pero si no llego a una persona de la calle con lo que estoy haciendo, si no me siento a gusto con lo que estoy haciendo, ¿de qué me sirve vender cien mil copias de mis libros? El arte es muy bonito, pero si no sirve emocional o cerebralmente al otro, es un arte a medias.

¿Qué hace falta para que alguien conecte con un aliento poético, con un estilo, con un poeta, con un poema?Hay que colocar una bomba debajo de la cama de esa persona, en forma de grabadora, con una alarma y, en determinado momento, que el poema entre en su sueño... para eso hay que hacerse ladrón, hay que saber el gusto de esa persona... y estar dispuesto a recibir, porque a veces nos cerramos a todo, sobre todo a la poesía... Pero la poesía está en todas las cosas, en la música, en el cine... somos los poetas los que tenemos que hacer que la poesía llegue, no se puede hacer poesía hermética toda la vida, ni revolucionaria, ahora sí, porque hace falta despertar a la gente...

Y tú, ¿qué poesía haces, fundamentalmente?Soy un poeta del amor, pero la mayoría de la gente no lo sabe...  Todo es amar... aunque haya gente que tiene problemas de identificación. Un tipo me preguntó si de verdad yo creía en el amor, un señor de cincuenta, sesenta años, que me decía que no había conocido el amor... llámalo como quieras, pero no me lo puedo creer.

¿Se escribe mejor desde el desamor que desde el amor?No lo sé... eso se dice... a mí, desde luego, la poesía me alivia el dolor. Cuando escribes desde el amor, muchas cosas son ñoñas...

No te creas, mira ‘La voz a ti debida’, de Salinas, o ‘Diario de un poeta recién casado’, de Juan Ramón Jiménez...Sí, sí, pero lo mejor es escribir desde ese momento de duermevela, en el que no estás muy feliz, ni muy triste... es un momento mágico, que no puedes dejar escapar...

¿Qué poetas me citarías como recomendables, casi imprescindibles?(...) Ana Rossetti, Manuel Vilas, Juan Carlos Mestre...quisiera ser heredero de Miguel Hernández, Lorca y Machado, pero también de San Juan de la Cruz, o Juan de la Cruz, si quieres. También de Seamus Heaney... de esta muestra de poesía se cayeron tres poetas, que murieron en el proceso de elaboración del libro (quería que los que estuviesen fueran poetas vivos): José Emilio Pacheco, Juan Gelman y Ana María Moix...

¿Qué proyectos tuyos se avecinan?Tengo tres poemarios abiertos, uno sobre la muerte de mi padre, otro titulado ‘Un fantasma recorre Europa’, que ya va por ochocientos versos, y un poema herido de amor...

Chema Rubio presentará el libro ‘Los poetas de la senda’ mañana, jueves 28 de mayo, en la Asociación de Escritores, en la madrileña calle de Leganitos, 10, a las 20:00 horas, junto a los también poetas Emilio Postas, Beatriz Villacañas, Antonio Pastor, Gracia Trinidad y Juan Carlos Mestre.